Cómo diagnosticar y tratar la insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica es el daño renal que se alarga al menos 3 meses. Los principales factores que lo causan son anormalidades estructurales o funcionales del riñón con o sin descenso del filtrado glomerular, que se manifiesta con: anormalidades patológicas o marcadores del daño renal, que incluyen alteraciones en la composición de sangre u orina y/o alteraciones en los análisis de imagen.
Uno de los valores más importantes para definir la insuficiencia renal crónica es el filtrado glomerular. Por debajo de 60 ml/min/1.73m2 durante al menos 3 meses con o sin daño renal aparente ya definimos esta entidad.
Causas de la insuficiencia renal crónica
Las causas más frecuentes de la insuficiencia renal crónica son la Diabetes Mellitus tipo 2 y las enfermedades vasculares (hipertensión arterial y arteriosclerosis). También existen otras causas importantes, aunque menos frecuentes, como son las enfermedades glomerulares y las enfermedades renales secundarias a infecciones. Una de las características importantes de la insuficiencia renal crónica es la progresión, independientemente de la causa que la haya originado. Con el diagnóstico precoz y el control de factores de riesgo cardiovascular y metabólico (hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, obesidad, etc.) somos capaces de enlentecer y en algunos casos frenar la evolución hacia la insuficiencia renal avanzada. De modo orientativo, en caso de que se llegue a filtrados glomerulares por debajo de 10 ml/min/1.73m2 o de 15 ml/min/1.73m2 para paciente diabéticos, es necesario iniciar tratamiento renal sustitutivo. En este momento las posibilidades son: trasplante renal, hemodiálisis y diálisis peritoneal.
Tratamiento para la insuficiencia renal crónica
El tratamiento de elección suele ser el trasplante renal, pero lo más frecuente es que el paciente pase un periodo sometiéndose a hemodiálisis o diálisis peritoneal hasta que se completa el diagnóstico para ser incluido en lista de espera de trasplante renal, siempre que no haya contraindicaciones.
Diálisis y hemodiálisis en el tratamiento para la insuficiencia renal crónica
La hemodiálisis es un tratamiento con el que se depura la sangre a través de un catéter o una fístula arteriovenosa (intervención para unir arteria y vena del brazo) mediante la utilización de un dializador que nos permite intercambiar sustancias de la sangre con un líquido cuya composición nos interesa y conocemos. Normalmente se realiza en un centro, pero existe la posibilidad de que el paciente se lo haga en su domicilio tras aprender a hacerlo. La diálisis peritoneal es una terapia que se realiza el propio paciente en domicilio previa colocación de un catéter peritoneal en el abdomen para poder infundir y drenar un líquido que, en contacto con la membrana peritoneal, nos proporciona un intercambio de sustancias de desecho con la sangre.